miércoles, 30 de mayo de 2012

Simplicidad matemática en tiempos de crisis

Gracias por tus simples y brillantes explicaciones Paul.

Odio las mates 01: 2+2=4 (Comprar y vender)



Odio las mates 02: 2+2=4,5 (Comprar, transformar y vender)



Odio las mates 03: 2 / 1 (Préstamos y créditos personales)


Odio las mates 04: 2+2=5 (Ayudas del Estado)



Odio las mates 05: 2+2=15 (Crisis inmobiliaria)



Odio las mates 06: 1-1=3 (Rescate bancario)



Odio las mates 07: + = - (Oferta y demanda)



Odio las mates 08: +2=-8 (Deuda nacional)



Odio las mates 09: El paraíso (The Haven)



miércoles, 9 de mayo de 2012

Semillas de otra economía

Ñapas.com, una experiencia de autoempleo y empoderamiento
La cooperativa Ñapas.com del sur de Madrid es un ejemplo de empresa creada desde abajo y en común.
En un sector bastante masculinizado como el de la construcción, Mª Paz y Manoli, dos vecinas de Fuenlabrada activas en su casa y en otros ámbitos remunerados, fundaron hace unos siete años una cooperativa. Se conocían de su actividad en la Asociación de Mujeres Fuenlabreñas hace 16 años, y mucho más desde que venían compartiendo los vericuetos del autoempleo.
Mª Paz y manoli, fundadoras de Ñapas.com
Durante un curso de formación titulado “mujeres ausentes del mundo laboral”, imaginaron medio en broma que se dedicarían a la pintura y a aquellas pequeñas reparaciones domésticas de fontanería y electricidad que muy pocos profesionales querían realizar. También entonces pensaron el nombre que actualmente tiene su empresa “Ñapas. com” (ñapas.com.es), y antes de constituirla, una compañera les ofreció su primer trabajo de pintura en el domicilio de la cantante Rocío Jurado.
Sería la primera experiencia de muchas, tras la que sus compañeros de obra les han cuestionado su profesionalidad. También ha habido clientes que de antemano les han dicho “oiga, quiero queme mande a su marido, o a un hombre para...”, recuerda Manoli, y, muy a su pesar, también se acuerdan de varias mujeres que les han reprochado que estuvieran arrebatando el trabajo a sus maridos. Hubo momentos en que pensaron en abandonar, porque como dice Mª Paz: “Son muy duros los comentarios, y cómo te miran, como si fueses un bicho raro, y te afecta personalmente... luego nos lo fuimos echando a la espalda.”
Un espacio necesario
Ellas han dado significado a estas vivencias en su proyecto empresarial, aportándole un sentido adicional de lucha feminista. Así lo destaca Manoli: “Las mujeres tienen muchas dificultades para trabajar en este tema y ellos no. Consideramos que a las mujeres hay que darles un espacio, hay muchas que quieren hacerlo”. Hace dos años largos, durante un pico de trabajo, contrataron un equipo que llegó a ser excepcional, según relatan ambas, y su deseo es que esta cooperativa sea una senda laboral para éstas u otras mujeres que enseñan en talleres municipales. Con ésta práctica afirma Manoli: “No es que no queramos dar una oportunidad a los hombres, que lo hicimos al principio, pero los hombres tienen una manera distinta de trabajar. Lo podemos constatar, nosotras tenemos otra delicadeza.”
Un espacio diferente
Esta observación es la clave esencial de su método: el trato especial que dedican a las “ñapas”. Su principal inquietud es que quede bien rematado el trabajo y sin el rastro indeseable de su paso: los goterones de pintura, el polvo. Es más, subraya Manoli: “Como si fuera nuestra casa, ponemos mucho cuidado con las puertas, los muebles, las cosas”.
Su último imaginario, crear una red de cooperativas en Fuenlabrada que vinculara diferentes sectores para intercambiar trabajos y construir en común algunos proyectos, se ha quedado sin tocar suelo. Por distintos motivos está “en stand by”, expresa Mª Paz, porque reconocen su valor social y económico e intentarán volver a ponerlo en marcha