martes, 3 de julio de 2012

Encuentro estatal de monedas sociales y complementarias


Las monedas complementarias son un elemento indispensable en el sistema económico del futuro. La actual crisis económica no se puede desligar de la crisis ecológica. Debemos hablar de una crisis sistémica. La crisis actual va ligada al concepto de globalización y es el modelo de globalización el que está en crisis”, afirma Antoni Dalmau Llagostera, coordinador de la asociación ECOL3VNG, entidad organizadora del Encuentro Estatal de Monedas Sociales y Complementarias, que comienza hoy y finaliza el domingo en la ciudad catalana de Vilanova i la Geltrú.

Avanzar hacia la creación de una red estatal de monedas sociales, favorecer y conocer otros modelos existentes y exitosos de distintos sitios del mundo y difundir las propuestas entre la ciudadania, comercios, negocios  y productores son algunos de los objetivos de las jornadas. En este marco, la asociación Gaia Tasiri ha organizado una conferencia online abierta dirigida especialmente a aquellas personas que no pueden asistir presencialmente al encuentro pero quieren profundizar en las economías locales. Para ello, se celebrarán una serie de ponencias en vivo y grupos de diálogo

“Si la economía especulativa nos ha acostumbrado a un estilo de vida individualista marcado por la búsqueda del mayor lucro personal posible, mediante la competición agresiva y la rapiña, las economías sociales, al no ser especulativas y al ser locales tienen la virtud de poner en contacto personas. Fomentan el mutuo conocimiento y estimulan la cooperación, dando lugar a relaciones de ‘buen rollo’, con un ‘no se qué´ que se crea muy diferente al que la economía especulativa nos ha acostumbrado. Se recupera la confianza entre la gente”, sostiene Dalmau Llagostera.
Las jornadas se desarrollarán hasta el domingo y se abordarán temas relacionados con las monedas locales y sociales, bancos de tiempo, redes de intercambio y software libre de gestión de monedas, entre otros.
En ese sentido, el coordinador de la asociación ECOL3VNG ha explicado que en la actualidad, no se conocen con exactitud cuántas iniciativas de monedas complementarias funcionan en España aunque “precisamente el objetivo es avanzar hacia la creación de una red estatal de monedas sociales para poner en contacto estos grupos y poder llegar a contabilitzar”. “Lo más extendido, ya que algunos hace años que funcionan, son los bancos del tiempos, que en realidad son un tipo de moneda social, en la que la moneda es una hora”, precisa aNoticias Positivas.
“Una de las premisas de las monedas sociales locales es el siguiente razonamiento: actualmente hay productos que dificilmente se pueden fabricar en un pueblo o ciudad. Por ejemplo, un ordenador, un móvil, un coche o un avión. Por lo tanto, debemos hablar de productos globales, mercado global y monedas globales pero hay productos que hasta hace 40 ó 50 años siempre se habían producido localmente en cada pueblo, como comida, ropa, muebles o casas, por tanto, debemos hablar también de productos locales, mercados locales y debería haber monedas locales para estimular esta producción local”, explica Dalmau Llagostera.
Y remarca: “todos hemos participado de alguna manera en poner en marcha la globalización, ahora debemos poner en marcha la gloCalización, que es lo global más lo local, y esto significa volver a poner en marcha la producción de todo aquello que es posible producir localmente, volver a estimular la producción local pero con visión global. No significa volver atrás sino avanzar hacia esta nueva era por la que todos y todas podemos ya trabajar y de una manera muy sencilla: a la hora de escoger los productos, priorizar la compra de productos locales. Y en este sentido las monedas sociales, sin intereses, y locales nos pueden ayudar a construir este futuro que necesitamos. En la medida que las economías sociales locales avancen, junto con todas la iniciativas de economía cooperativa, estaremos en condiciones de exigir los cambios éticos necesarios a la economía global”.
La idea inicial de organizar el encuentro en Vilanova i la Geltrú surge a principios de 2011 en el Simposio Internacional de Monedas Sociales y Complementarias en Lyon, Francia. Durante los diálogos, los participantes pusieron de manifiesto que cada moneda social se crea de manera distinta, según la cultura, la historia, las circunstancias del lugar, la tecnología existente y la gente que la impulsa. “Si bien los formatos son diferentes, podemos hablar de dos elementos en común: el valor de las monedas sociales no lo marca ningún gobierno ni ningún banco sino la gente con su trabajo y si hay créditos son sin intereses. La idea que quedó al aire es que deberíamos avanzar en compatibilizar de algún modo estos modelos distintos de monedas sociales”, recuerda Dalmau Llagostera.

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